Camille Claudel (1864-1943) fue una gran artista francesa autora de una serie de esculturas, escasas en número pero excepcionales. Conocida también por la tormentosa relación que mantuvo con el también escultor Rodin, fue recluida en un psiquiátrico por su propia familia durante 30 años, lo que consolidó el aura de artista maldita, genial pero incomprendida y malograda, que se ganó ya en vida.
El vestido azul es una biografía sentimental novelada de Claudel. Recorre la vida de la mujer desde su niñez en un pequeño pueblo llamado Nogent-sûr-Seine a su muerte en el psiquiátrico, olvidada y enterrada en una fosa común.
Pronto despuntaron sus habilidades de modelaje de la arcilla. La familia se traslada a París en 1883 para que ella pudiese desarrollar su talento en la Academia Colarussi y no en la Escuela de Bellas Artes, que no admitía mujeres. Pronto comienza a trabajar en el taller del maestro Auguste Rodin para quien sus aprendices modelaban manos, pies, etc. Rodin y Claudel (25 años menor que él) entablan una tempestuosa relación secreta en la que se confundían el amor, la pasión, la admiración y los celos artísticos. Durante los 9 años que estuvieron juntos, entre idas y venidas, Claudel goza de la protección artística del maestro y alumbra obras como "La edad madura" en que una joven (ella) implora a un hombre maduro (Rodin) para que se quede con ella, mientras una especie de ángel diabólico (la pareja oficial de él) se lo lleva.
La ruptura sentimental por las promesas incumplidas y un aborto inducido de por medio, más el ritmo frenético de trabajo de Claudel minan su salud nerviosa. Se aleja y desconfía de todo el mundo, se recluye en su taller, vive con decenas de gatos, descuida su higiene personal, desaparece a temporadas sin que se sepa dónde está, destruye a martillazos las obras que sigue modelando, come de la caridad de su entorno. Preocupados, los vecinos escriben a la familia que, nada más morir el padre (su protector), envía un carruaje para trasladarla en camisa de fuerza al psiquiátrico de Villeneuve donde acabará sus días. Tenía 47 años cuando la encerraron y murió allí a los 78. No volvió a modelar ni esculpir.
El vestido azul tiene la apariencia de curso del pensamiento porque las frases quedan como suspendidas en el aire, se yuxtaponen, incurren en hiatos sintácticos, pero esto es engañoso porque la obra es muy lírica. Basada en parte en la correspondencia que se cruzó con su hermano Paul durante los años de reclusión, la autora pone palabras a los sentimientos reales o imaginados que ambos albergaron que en los hechos. El vestido azul se centra más en la relación entre los hermanos que en la relación amorosa con Rodin. Paul Claudel, el otro protagonista del relato, fue diplomático y laureado poeta que siempre estuvo muy unido a su hermana y, sin embargo, no solo no impidió el internamiento en el psiquiátrico sino que, en 30 años, solo la visitó 10 veces. Tampoco la visitaron ni su madre ni su hermana, a pesar de que los médicos que la atendían aconsejaron al cabo de un tiempo volver al hogar.
Lo que perturba al lector es la actitud del amantísimo y muy religioso Paul Claudel que parece preocuparse solo de escribir sobre árboles, flores, pájaros, hierba, viento, cielo, sol y lluvia mientras Camille no hace otra cosa que envejecer esperando su visita. No entiendo cómo no se suicidó ni cómo logró perdonarlo por desentenderse de ella y por desoir susruegos. Durante un tiempo, Camille exige, suplica por carta a su familia salir de la clínica. Con el tiempo, desaparece cualquier rasgo de rebeldía en “el conocimiento absoluto de que, salvo el aliento que aún la habitaba [...] todo cuanto podía acabar había acabado”.
La actualidad de Camille Claudel es la denuncia de la mujer silenciada por su genialidad artística y por vivir libre de las convenciones sociales. Como mujer emancipada, es tratada como enferma: ¿realmente tenía problemas mentales o fue una depresión pasajera? Como artista, ¿es posible que vendiera su Mujer implorante por menos de 40 francos mientras Rodin modelaba por encargo su retrato por 40.000?
En resumen, Michèle Desbordes nos ha regalado una obra muy intensa, lírica, en la que el lector no necesita que le cuenten la biografía cronológica y los hechos precisos de la vida de la escultora. Bastan los retazos y lo que solo se sugiere para interpretar quién es hoy Camille Claudel.
Imagen: L'Âge mûr, de Camille Claudel por De Arnaud 25 - Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=30422761
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