La Biblioteca María Zambrano de la Universidad Complutense de Madrid acoge la exposición «Rayo Azul, poesía necesaria», en torno a la célebre colección de Huerga y Fierro.
Tal vez no exista otro caso en la historia de la literatura, al menos en la española, en que una colección de poesía surja y se convierta en referencia en su ámbito en menos de dos años. Este ha sido el caso de la colección de poesía «Rayo Azul», que, auspiciada por la casa editorial capitaneada por Antonio Huerga y Charo Fierro, y dirigido por Óscar Ayala y Enrique Villagrasa, es ya uno de los proyectos editoriales más interesantes de nuestra geografía cultural.
Así lo ha entendido la Universidad Complutense , que en su ya tradicional «Día de las Letras» (prolongado en cada vez más jornadas, por cierto) ha dado cabida a las más de cuarenta actividades que ha preparado con la colaboración de numerosos departamentos e instituciones .Y, entre ellas, ha habido dos dedicadas al proyecto de Huerga y Fierro: una exposición monográfica sobre los autores que integran el catálogo de «Rayo Azul» y una lectura, el martes 20, que fue retransmitida en streaming y que, una vez más, sorprende por su apuesta, en tanto que cada autor tuvo voz a través de un videopoema. «Hay que salir de esa zona oscura donde suelen arrinconarse los estantes de poesía. La poesía es luz, es sorpresa, es fuerza y creatividad, y no hay ni un solo poeta que esté de acuerdo con esa imagen de señor o señora introvertido que lee poemas aburridísimos con un montón de libros al fondo.Aquí estamos para recorrer la vida, y la poesía es buena cabalgadura para hacerlo », han dicho los responsables. Al respecto, José Manuel Lucía , que además de Vicedecano de la Facultad de Filología es también uno de los poetas integrantes del proyecto, destacó la cualidad de la poesía de ser permeable a numerosos géneros, especialmente escénicos y audiovisuales, y apostó por dejar abierta cualquier puerta a la creatividad impulsada por la poesía. No debe, por lo tanto, extrañar la programación de una exposición de poesía en la Biblioteca María Zambrano.
En la colección Rayo Azul encontramos nombres como los de Leopoldo María Panero, Enrique Falcón, Alejandro Céspedes, Isabel Bono, Antonio Méndez Rubio, Luis Miguel Rabanal, Mirko Lauer, José Manuel Lucía o Mar Benegas. Preguntados por el futuro, nos avanzan que en apenas unos días saldrán un libro inédito de Severo Sarduy y otro de Jorge Riechman. Pero lo verdaderamente importante, dicen, es recuperar la credibilidad de la poesía: no es ni ha sido nunca un arte en decadencia, pero tampoco, y mucho menos, ese objeto de consumo frívolo en que lo han querido convertir algunas editoriales, deformándola para adaptarla a una masa hambrienta de inteligencia y belleza pero sin lecturas previas. «La única manera de recuperar esa credibilidad es presentar un proyecto íntegro, sin fisuras, donde el único compromiso sea con la calidad, tanto literaria como en el propio objeto del libro. Ni amigos, ni conveniencias ni ahorros: solo buena poesía ». A este respecto, los responsables de la editorial manifiestan con entusiasmo que sienten que han estado toda su vida profesional aprendiendo para poder llevar a cabo a cabo proyectos como este: «Si después de cuarenta años publicando libros hay todavía un proyecto capaz de ponernos la carne de gallina, de quitarnos el sueño y de hacernos madrugar para ponernos manos a la obra, es que merece mucho la pena ».
La exposición monográfica plantea un recorrido a través de diferentes urnas en las que, con ayuda de los propios autores, se ha tratado de reconstruir el mundo literario y personal de cada uno de ellos.
El visitante puede navegar a través de cada una de las propuestas: manuscritos de Panero, documentos sobrecogedores de la noche del Golpe de Estado (en que moría el padre de José Manuel Lucía), el nido de Mar Benegas, los objetos recuperados en el fondo del mar por Idoia Arbillaga, la voz y la imagen de Isabel Tejada a través de códigos estratégicamente dispuestos, Raúl Herrero escoltado por sus admirados Fernando Arrabal y Antonio Fernández Molina, el mar convulso sobre el que navega Mercedes Escolano, la secuencia biográfica de Luis Miguel Rabanal acompaña-da por ilustraciones de Juan Carlos Mestre, la arena donde Beatriz Russo oculta los hitos más sobre-salientes de su vida, etc. En definitiva, otra manera de salir al encuentro de unos poetas excepcionales y una apuesta inusual por la poesía que hay que apoyar. La mejor forma de hacerlo, desde luego, leyendo poesía. Y si es la de «Rayo Azul» (Huerga y Fierro), puede el lector estar seguro de que tiene todas las garantías. Suerte y larga vida a este rayo poético que no para de sorprendernos.
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