Es importante transmitir con elocuencia y seguridad los contenidos del trabajo académico para que el tribunal perciba al estudiante como una persona válida, inteligente y preparada. Ello se consigue mediante un uso correcto del lenguaje tanto desde el punto de vista gramatical como léxico (lenguaje preciso) y el uso de un vocabulario amplio. Así mismo, es importante que el discurso sea dinámico y ameno para mantener la atención y la buena voluntad del tribunal.
Todo ello no se consigue de manera improvisada, sino que lleva una intensa preparación previa: hay que dedicarle mucho tiempo a estudiar el contenido a fondo; hay que ensayar … muchas veces y grabarse para detectar las molestas muletillas, posibles repeticiones… y también prepararse física y emocionalmente. El ejercicio físico aportará beneficios no sólo en el cerebro, sino que también te ayudará a conseguir un estado emocional positivo.
En efecto, en la etapa de preparación es importante atraer pensamientos positivos mediante técnicas de visualización (¡imaginate triunfando en la exposición!), de respiración para conseguir estado de tranquilidad…
Finalmente cuando llegue el momento de exponer es importante tener la sensación de disfrutar para que la audiencia perciba tu entusiasmo. Recuerda: la emoción que sientes, la percibe quien te está escuchando...
Para que el tribunal perciba lo mejor posible nuestro mensaje ten en cuenta los siguientes consejos: