Índice
Según la RAE, plagiar es ‘copiar en lo sustancial obras ajenas dándolas como propias’. Aunque en ocasiones se puede incurrir en plagio de forma inconsciente, su práctica atenta contra la honestidad académica.
Se incurre en plagio
al hacer autoplagio, es decir, si se presenta un trabajo propio ya utilizado como nuevo.
Hacer uso de trabajos ajenos dentro de la legalidad evita el plagio, por ejemplo usar pequeños fragmentos de obras ajenas con fines de investigación está permitido por la ley. Sin embargo y aunque no sea plagio, estos usos deben hacerse de forma ética y ello significa que hay que citar la autoría y la fuente del trabajo utilizado.
Se evita el plagio de dos maneras
El plagio afecta a cualquier información en cualquier soporte o cualquier obra literaria, científica, artística o de creación:
Actualmente, gracias a las facilidades que ofrecen internet y las tecnologías digitales, el tipo de plagio más usual es el que consiste en ‘copiar y pegar’ contenidos ajenos que se encuentran en internet sin mayor consideración por los derechos que con ello se puedan vulnerar.
La vida universitaria, según el Código de Conducta Complutense, exige responsabilidad y honestidad intelectual y evitar todo tipo de fraude científico o académico. El plagio es un fraude ya que implica aprovecharse del esfuerzo de los demás. También es ilegal porque va en contra de la legislación sobre propiedad intelectual y contra normas del Código Penal. En el ámbito universitario puede acarrear sanciones académicas
La UCM ha adquirido los softwares antiplagio Turnitin y Unickech/Unplag, para su uso por parte del personal docente. Se emplean para comprobar la originalidad de los trabajos académicos subidos al Campus Virtual, mediante la comparación de las similitudes con millones de sitios web.