No sé muy bien qué contar de este libro escrito por Yasunari Kawabata (primer japonés en ganar el premio Nobel de Literatura en 1968) y publicado en 1961. Vaya por delante que me fié del encendido elogio que hizo de esta novela o lo que sea Yukio Mishima y del hecho de que García Márquez se inspiró en ella para escribir "Memoria de mis pu.tas tristes".
Al lío: un jubilado va a un prostíbulo que le recomienda un conocido. Pero no es un lugar cualquiera, sino que el servicio consiste en dormir junto a una bella joven a la que administran un somnífero para que no se despierte pase lo que pase. No puede forzarla ni intentar despertarla, solo contemplarla. Como le gusta el tema, repite y cada vez le ponen una chica distinta. Todas le despiertan recuerdos y reflexiones sobre su vida. Una le inspira ternura, otra le enciende la pasión, otra le pone agresivo. Cuando ya no resiste la situación, se toma un par de pastillas que lo hunden en un sueño profundo hasta que por la mañana la madame lo levanta para que se marche antes de que la chica se despierte. El día que le ponen dos jóvenes dormidas ya se intuye que la cosa va a terminar mal.
Creo que este relato de 150 páginas esconde un significado oculto, tan oculto que no he sido capaz de llegar a él. No tengo ni la menor idea de a dónde quiere ir a parar esta extraña historia. No sé si es que el protagonista hace balance de su vida al confrontar la belleza y la pureza. O es un lamento por el paraíso perdido de la inocencia. Tal vez es una historia de amor cortés a la japonesa. Quizá es una metáfora de la incomunicación de las parejas. O está relacionado con ritos mistéricos. Me ha resultado muy marciano, la verdad. A lo mejor hay que ser japonés para entenderlo ¿Alguna idea, por caridad?
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Fecha de publicación: 1997
Comentario de Susana Corullón
A pesar del reclamo recurrente para celebrar San Valentín, parece que sufrir por amor ya no se lleva. Las webs de citas hacen creer en una falsa sensación de abundancia, y las personas, cada vez más individualistas huyen de relaciones tóxicas, o a veces se acorazan frente a las relaciones serias. Se vive la levedad del presente, aunque el amor, el gran amor, se sigue venerando a veces con fervor religioso. Según Compte-Sponville, se trata de “esperar un poco menos y de amar un poco más”, amar nos hace vulnerables, pero todo el mundo desea tener un amor apasionado.
En esta época de rebajas afectivas, es casi un acto de rebeldía fijarse en Ausiàs March. Se trata del mejor representante de la poesía catalana medieval. Nació en 1400, seguramente en Valencia, y su obra está a caballo entre la Edad Media y el Renacimiento. Formaba parte de una rica familia de burgueses y funcionarios. La prosperidad económica de la ciudad, unida a la influencia del propio March, contribuyeron a hacer de Valencia un importante foco cultural de la época.
En la obra de March encontramos los ideales propios de la poesía trovadoresca, junto con la tradición de la metafísica escolástica. El personaje de sus poemas es un “mártir de amor”, un santo sufridor, que quiere aprovechar su sufrimiento como un camino de perfección. Igual que Jesucristo padeció por el mal sobre la tierra, el santo de amor se acerca a la divinidad al sufrir por la causa más noble: la imposibilidad de hallar en este mundo el verdadero amor. Si Dios desciende al hombre por amor, el mismo sentimiento permite ascender hacia la trascendencia en sentido contrario.
“No es pot saber, menys de la experiença,
lo gran delit que és en lo sol voler
d’aquell qui és amador verdader
e ama si veent-se en tal volença”
No se puede saber, sin la experiencia, el gran deleite que existe en tan sólo querer de aquel que es verdadero amador y ama así viéndose en tal voluntad.
Entre este amor sublime y la realidad, también nos quedan las canciones. Se me ocurre A ciegas, de Miguel Poveda, pero hay cientos de ellas sobre amantes no correspondidos. Son ideales para cantar en un día de farra, pero cualquier psicólogo nos pondría en guardia sobre sus letras. Y aún así, siempre habrá quien piense, que sufrir por amor es mejor que hacerlo por cualquier otra cosa.
Referencias:
Cocozzella, P. (n.d.). Ausiàs March’s Imitatio Christi: The Metaphysics of the Lover’s Passion. Retrieved February 10, 2021, from http://www.cervantesvirtual.com/portales/literatura/obra/ausias-marchs-imitatio-christi-the-metaphysics-of-the-lovers-passion--0/
Comte-Sponville, A. (2001). El amor, la soledad : entrevistas con Patrick Vighetti, Judith Brouste, Charles Juliet. Paidós,.
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La publicación de "Cómo ser mujer" de Caitlin Moran (Brighton, UK, 1975) como supuesta obra feminista en 2011 levantó bastante revuelo entre entusiastas y detractores de las afirmaciones que vierte sobre mujeres, hombres y otros animales.
El libro es medio ensayo medio autobiográfico en un tono pretendidamente humorístico. Está dividido en capítulos cortos que parten de una anécdota personal sobre cuestiones que atañen las mujeres (por ejemplo, los zapatos de tacón) lo que le da pie para elaborar un discurso feminista en algún aspecto concreto (en este ejemplo, la moda que tiraniza a sus portadoras).
Empieza bien, sorprende el humor ácido que despliega pero al quinto capítulo ya carga. Para empezar, hace referencias constantes a personajes y series de TV populares en UK que no captas si no eres de allí. Sigue el desmenuzamiento de su vida (real o ficticia, ¿a mí qué me importa?) y mucho autobombo de su carrera como periodista musical. Lo peor es el lenguaje grosero y ordinario que emplea y que su yo narrativo-protagonista hace gala de un modo de vida y unos modales que recuerdan a ciertos turistas británicos que vienen a montarla en Magaluf o en Salou (se supone que eso es gracioso).
Pero… ¿qué feminismo? El libro no es más que una enumeración de lugares comunes y de opiniones basadas en anécdotas personales. Se supone que la autora ha pretendido escribir un libro sobre feminismo alejado de los ensayos académicos, pero le ha quedado superficial. Por poner un ejemplo, ¿dónde hay siquiera una mención a la perspectiva racial o geográfica del feminismo? Y así todo.
Dos capítulos sobresalen del libro. Uno es el reportaje que tuvo que hacerle a Lady Gaga, a quien idolatra en plan adolescente y considera un icono feminista, la nueva Germaine Greer (tal cual). El otro es el capítulo en el que se sometió a un aborto voluntario. No ahorra detalles más bien truculentos y hasta lacrimógenos para luego colocarnos el discurso de que el aborto no supuso para ella ni culpa ni remordimientos (paradójico).
►Lo mejor: imaginarte a Anabel Alonso en un monólogo sacado del libro.
►Lo peor: el lenguaje soez y la superficialidad de su discurso de género.
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Chico conoce a chica, ambos son jóvenes, guapos y turgentes. Todo pinta bien hasta que él le dice ‘ya no hay un tú y un yo’. Mal asunto. Se intuye que la relación entre Sebastian y la chica sin nombre tiene algo malo, algo inmaterial que la protagonista no ve y que desde el principio inquieta al lector. Como un delicioso plato de sopa en el que de repente encuentras un pelo.
Mentiras cuyas explicaciones demenciales ella quiere aceptar. El relato de una sobrecogedora escena de maltrato infantil donde ella ve blanco donde hay negro porque el novio, tan instruido y experimentado, no puede equivocarse. Una relación rara con los padres de él. Jueguecitos chungos como prenda para el que pierde la sesión semanal de backgammon. El simbolismo del anillo hecho de sedal que él le coloca en el dedo y que ella no se quita a pesar de tenerlo infectado y en carne viva. Más ocultaciones.
A partir de un momento dado se hace evidente que la relación es tóxica y codependiente. Pero la chica está tan absorbida que no ve claramente dónde está metida y aún es capaz de comprender y compadecer. Todo por agradar o por una concepción romántica del amor que no es un sentimiento que te hace crecer sino todo lo contrario: achica tu horizonte mental, reduce tus interacciones sociales, invade la habitación propia, anula tu criterio.
Atentos al simbolismo de los animales que aparecen en la historia.
Perdón es la novela descarnada de la inexperiencia cuando encuentra a un vampiro emocional. Es como un hachazo detrás de otro que no puedes dejar de leer hasta terminar, y eso que la novela ya adelanta en las primeras páginas el desenlace de la historia. Su autora, Ida Hegazi (Oslo, 1981) ha recibido varios premios literarios por su obra de la que solo se ha traducido al español la que hoy comentamos.
La chica sin nombre podría ser cualquiera (hombre o mujer) a los veinte años cuando aún no se tienen las ideas claras y puedes acabar en manos de un o una terrorista emocional, alguien que no ha elaborado su pasado y esparce su porquería por doquier. La compasión que el tipo inspira cuando sale a la luz la verdad se confunde con el amor y el compromiso en el corazón de la muchacha.
¿A quien hay que pedir perdón? ¿A quién perdonar?
Nos apetecía decir algo algo bonito y esperanzador para terminar el año, y ya que los bibliotecarios tenemos el privilegio de poder extender la mano y encontrar siempre un libro que nos auxilie, hemos acudido a Compañeros de viaje: poetas en busca de su identidad, de Virginia Moratiel, porque una de las cosas que normalmente nos ilusionan, y que ahora tenemos poca oportunidad de hacer, es viajar.
La autora nos recuerda, que sin riesgo ni sorpresa los viajes carecen de gracia. Por Cavafis y Machado sabemos que el recorrido es más importante que la meta, pues “la vida es esperar lo inesperado, y afrontarlo con la intensidad que imprime la improvisación”. Así que, pase lo que pase en el próximo año, podamos o no volver a vivir o a viajar tranquilos, previamente vacunados, bueno es llevar en la mochila las palabras de Benedetti
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje
perseguir tus sueños
¿Quién no ha tenido una infancia marcada por la presencia de viñetas? No será mi caso. Recuerdo esperar con impaciencia la llegada de mi padre con aquellos dominicales enormes cargados de suplementos para toda la familia, incluida la "gente menuda" de la casa, y que leía con devoción esa misma mañana. O aquellos grandes tomos de Superhumor que llegaban por el cumpleaños o el día de Reyes, de Ibáñez, un grande entre los grandes de nuestro tebeo, que sigue reuniendo a sus fieles en colas interminables todos los años en la Feria del Libro de Madrid.
La cosa fue evolucionando (fuimos creciendo) y el gusto por el tebeo se convirtió en cómic cargado de superhéroes, moralina americana y mucha, mucha acción a todo color. El género también siguió creciendo, a modo de subcultura con tintes underground ayudada por aquellas tiendas "rarunas" a los que los amantes del género acudían en peregrinación en busca de material donde gastar los ahorros.
Hoy el cómic se ha hecho mayor (como todos), y la novela gráfica actual ya nada tiene que ver con estos orígenes, que siguen gozando de muy buena salud, y se atreve con todo tipo de temas sin complejo alguno. Rara es la librería o biblioteca que no disponga de una sección especial para este género con material para todas las edades (ahora en los cumpleaños llegan por partida doble), de alta calidad y con ediciones muy cuidadas.
Por este motivo, en la Biblioteca de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología nos preguntamos por la posibilidad de incluir este género entre sus fondos, no como entretenimiento sino como apoyo formativo y, en nuestra ignorancia, descubrimos que lejos de innovar, se llevaba haciendo desde hace años, bajo el término de "Medicina Gráfica". Así, podemos encontrar cursos, publicaciones, e incluso Congresos Internacionales sobre esta materia.
Por sus características, la novela gráfica se presenta como un instrumento ideal en el caso de las Ciencias de la Salud como recurso con una doble vertiente. Por un lado, la imagen ayuda al profesional sanitario a empatizar con los sentimientos de los pacientes y mejorar la humanización en su trabajo. Y, por otro lado, ayuda a los propios pacientes y familiares que tienen que enfrentarse a situaciones complejas y necesitan obtener información lejos de los problemas de comunicación médico-paciente.
De este modo, ayudados de iniciativas como Graphic Medicine o su homóloga en castellano, Medicina Gráfica y de guías como la elaborada por la Biblioteca de la Universidad de Illinois hemos ido incorporando algunos títulos a nuestra colección.
A través de las viñetas de nuestros títulos se tratan temas como los problemas de la profesión, (La que elige el tamaño de la aguja , El club de las batas blancas , Sana, sanita ), los trastornos mentales (Psiquiátrico , Cara o cruz , Manicomio ), el autismo (María y yo , María cumple 20 años , Habla María ), el Alzheimer (Arrugas ), la drogadicción (Mi heroína ), el cáncer (Los silencios de David ), los trastornos del habla (Shino no es capaz de decir su propio nombre ) o la sordera (SuperSorda ).
Te invitamos a que eches un vistazo a nuestros títulos, y te los lleves en préstamo. Prometemos que seguirán creciendo a lo largo de los próximos meses.
Si quieres ayudarnos a aumentar nuestra oferta de Medicina Gráfica, te recordamos que puedes hacernos llegar tus solicitudes de compra a través de nuestro formulario.
Nos vemos en la biblioteca.
Óliver Martín Martín - Raquel Parras García - Paloma del Pozo Sánchez