Viaje al sur del Yangtsé. Por la Ruta del Té y el Caballo
por Blog Sinololeonolocreo el 2021-01-28T00:00:00+01:00 | 0 Comentarios
Viaje al sur del Yangtsé Por Marta Torres Santo Domingo
ISBN: 9788418292194
Fecha de publicación: 2020
Reseña de Javier Gimeno
Con este libro, Marta Torres se nos vuelve a revelar una excelente escritora de viajes, que ya pudimos comprobar en su anterior trabajo, Viaje a Ladakh, el pequeño Tibet, también reseñado en Sinololeo. En esta ocasión, recorre parte del sur de este inmenso país que es China de más de nueve millones de kilómetros cuadrados y cerca de mil cuatrocientos millones de habitantes con una antiquísima cultura de enorme complejidad que, obviamente, al viajero le resulta imposible abarcar y sabe que su mirada ha de ser muy abierta y su visión incompleta.
El viaje, hecho en compañía de otros viajeros, entre ellos, Paco, su marido, y sus dos amigos Suso Mourelo y Ella Maillart, ha transcurrido por la llamada Ruta del Té y el Caballo, menos conocida para los occidentales que la Ruta de la Seda, pero de enorme interés por ser uno de los caminos tradicionales para el comercio entre las altas mesetas del Tibet y las bajas llanuras del sur, y nexo de comunicación de etnias originarias, como tibetanos, naxi, bui o han. Por ser camino que surca tierras de frontera, el viajero enriquece su experiencia con la visión y el contraste de pueblos diversos, no siempre hermanados sino rivales en no pocas ocasiones de su historia.
En dieciséis capítulos divididos en dos partes, la autora narra su viaje, que comienza en Yunnan, región de enorme diversidad cultural, étnica y natural, en el suroeste del país. Continúa el viaje hacia el este de Yunnan y el sur del río Yangtsé atravesando regiones montañosas y fronterizas donde se fueron asentando a lo largo de los siglos minorías étnicas como los miao y los dong, desplazadas por la etnia mayoritara han. En la provincia de Guanxi el viajero toma contacto con la China moderna sin perder la visión tradicional de los arrozales y las boscosas colinas. En Guangzhou, la antigua Cantón, llegamos al delta del Río Perla, puerta histórica que comunicaba China con Occidente, hoy modelo de nación empresarial y tecnológica, para finalizar el viaje en Hong Kong, paradigma de país que quiere hacerse imperio económico y financiero, símbolo de sus complejas contradicciones.
Como el anterior libro de nuestra autora, éste nos invita también a adentrarnos en un mundo fascinante y desconocido para muchos de nosotros. No es fácil resumir en una reseña todo cuanto nos narra en sus páginas, magistralmente escritas, por cierto. “Escribir y caminar mundo son dos formas de intentar dominar el caos”, decía el admirable Javier Reverte, que Marta cita.
Como todo buen libro de viaje, éste no se queda en la mera descripción de lo que se ve y se recorre. La mirada del viajero, las sensaciones que le provoca, todo cuanto le sugieren los lugares visitados, unido a comentarios de carácter histórico sobre las religiones, las diferentes etnias, las costumbres ancestrales, los ritos, etc., hacen de un libro de viajes una obra enriquecedora. Así, el fascinante monasterio budista de Ganden Sumtseling Gompa, en la región de Shangri-La le sirve a nuestra autora para hablarnos del budismo vajrayana o tántrico y de sus sectas, entre otras, la de gelupta, originaria del siglo XV, la secta del Dalai Lama.
La autora, en su doble condición de bibliotecaria y bibliófila, no puede dejar de referirse al libro tibetano, parte esencial de la cultura religiosa, cuyo formato está relacionado con el pothi de la India, que nada tiene que ver con el codex occidental, llegado al Tíbet con el budismo en el siglo VI. O la escritura caligráfica a base de pictogramas e ideogramas de la etnia naxi, surgida en el s. XII y aún hoy en uso, utilizada por sus sacerdotes-chamanes en sus rituales y libros sagrados, de los que se conservan unos 20.000 e incluidos en la Memoria del Mundo de la Unesco. Podemos ver una pequeña colección de sus manuscritos en el Museo de las Culturas del Mundo de Barcelona y unos 3.200 en la Library of Congress, nos dice Marta.
El libro hace constantes referencias a otros viajeros, antropólogos y autores que han recorrido estas tierras, el citado Javier Reverte, José Ovejero, Pedro Ceinós, Peter Goullart, Joseph Rock, Bruce Chatwin, Somerset Maugham o Alexandra David Neel, entre otros muchos. A. D. Neel habla, por ejemplo, de la etnia mayoritaria de Lijiang o mosuo, una sociedad matrilineal cuyo linaje se transmite a través de las mujeres, y matriarcal, donde la jefa de la familia es siempre una mujer, sociedad donde ellas gozan de absoluta libertad sexual y eligen a su compañero de cama siempre que lo desean, sin mayor compromiso. Para quien esté interesado, nuestra autora recomienda el libro de Choo Waihong, La tribu de las mujeres, vida, amor y muerte en las recónditas montañas de China, editado en España por Península en 2018.
El mundo caravanero; el refinadísimo y tradicional arte del té -“para aclarar el espíritu y mantenernos despiertos bebemos té”, dice el Cha Jing, primer libro sobre esta bebida, del siglo VIII-; la danza del pincel y su progreso rítmico del arte caligráfico que Simon Leys relata en su Breviario de saberes inútiles; el contraste de las culturas y religiones budista y musulmana allí donde se dan ambas; el impacto de la llamada Revolución Cultural en estas culturas ancestrales; la quema de libros, como en tantos otros períodos de la historia, desafectos, en este caso, al comunismo chino; la desaparición de libreros en Hong Kong, perseguidos por su oposición al régimen y por vender libros prohibidos; o la pérdida de importantes tradiciones y del encanto de muchas ciudades en tiempos esplendorosas de arte y belleza, como consecuencia de la industria de la mercantilización irracional y del turismo de masas –“La belleza no salvará nada ni a nadie si no sabemos salvar la propia belleza”, escribe el historiador del arte Salvatore Settis en Si Venecia muere. Son otras de las muchas cuestiones que se abordan en el libro.
Una sucinta cronología de las dinastías chinas, un minucioso apunte bibliográfico con útiles comentarios de la autora, un mapa esquemático del recorrido con el plan del viaje y un índice de ilustraciones completan esta obra extraordinaria de muy recomendable lectura.
Uno de los muchos motivos de nuestra autora para emprender este viaje y escribir este libro era encontrar unas grullas que andaba buscando desde el primer día. Por fin, de manera asombrosa y tras muchas semanas de viaje, las había encontrado:
“Un pequeño cuaderno guardaba unas filigranas de papel rojo… unas grullas paseaban con elegancia, otras, inmóviles, fijaban la vista en los bambúes que las rodeaban, otras aparecían en parejas, en un diálogo mudo… En la última página, una grulla volaba en el cielo hacia un horizonte más allá del cuaderno”.
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