Después de la cuarentena, volvemos a salir, pero no con un fin como se hace normalmente. Las tiendas cerradas, no permiten vagabundear mirando escaparates. Los que vivimos en las afueras, tenemos el privilegio de acercarnos a las tímidas manifestaciones de la naturaleza en los suburbios de las ciudades. La primavera llena de flores los solares vacíos, que el abandono humano de estos días ha dejado crecer en libertad. También los escasos animales sin domesticar que nos acompañan en la ciudad han notado el respiro. Esas muestras humildes de lo salvaje son hermosas. La primavera más que cualquier otra estación se nos impone, porque invita a salir a disfrutarla. 
En cierto modo, la situación que vivimos es fruto de la irrupción de lo salvaje en nuestras vidas, por pequeño que sea el microorganismo que se resiste a ser controlado, viene del otro lado de la frontera de la civilización. 
Por todos estos motivos, la lectura del ensayo Naturaleza, de Ralph Waldo Emerson puede ser oportuna ahora. Éste es buen momento para pensar en lo que entendemos por “lo natural” y lo que esto significa en nuestras vidas. La Naturaleza es para Emerson lo opuesto a lo social, porque sólo ante el paisaje se experimenta la verdadera soledad. Emerson escribe desde un mundo nuevo. Los Estados Unidos eran en el Siglo XIX, el lugar que más cercano estaba a la utopía de una sociedad democrática. El hombre se enfrenta a lo natural como individuo, y de esa experiencia debe nacer una relación original con el universo, independiente de cualquier tradición filosófica o religiosa.

“En los bosques recobramos la razón y la fe… Me convierto en un globo ocular transparente; no soy nada, lo veo todo, las corrientes del ser universal circulan a través de mí, y soy una parte o partícula de Dios”. Es la visión optimista de un mundo aún no demasiado alterado por la mano del hombre: “Sus operaciones consideradas en conjunto son tan insignificantes —un poco de desmenuzar, hornear, remendar y lavar— que en una impresión tan grandiosa como la que el mundo produce en la mente humana estas no modifican el resultado”. 
A los ojos del paseante de hoy por los suburbios de la gran ciudad, estas palabras resultan tremendamente ingenuas. Hoy cuesta reconstruir los pedazos de ese mundo natural, nuestra morada primera, pero como Emerson, seguimos recurriendo a nuestra conexión con la naturaleza para expresar los valores fundamentales del espírutu humano.

#RalphWaldoEmerson #naturaleza #sinololeonolocreo #bibliotecacomplutense #bibliotecaUCM #leoyrecomiendo #lecturaparagentesinquietas @scorullon @Nordica_Libros