Celia en la revolución Por Elena Fortún
Celia en la Revolución no es una novela nueva, pero sí todavía poco conocida y reconocida. Terminada como borrador en 1943 sin que su autora Encarnación Aragoneses -Elena Fortún- la revisara, (¿quién podría pensar en publicarla en la década de los 40 o 50?) fue rescatada de una bolsa con otros escritos no publicados de Fortún gracias al trabajo de investigación de su biógrafa Marisol Dorao casi de milagro. No se publicó hasta 1987, desapareciendo pronto del mercado sin que se sepa muy bien la causa. Se convirtió en un libro raro y costoso, exclusivo para coleccionistas. Afortunadamente, pude encontrarlo en la Biblioteca de Geografía e Historia.
Mucho más tarde, en el 2016, se reedita por editorial Renacimiento sin los preciosos dibujos de Asun Balzola en la edición original. Celia siempre ha estado acompañada de dibujos de las mejores autorías y reconozco que no me gustó leerla sin esas ilustraciones. Menos todavía la conclusión del prólogo de Andrés Trapiello para esta edición, que pretende utilizar la novela para sustentar su teoría de la “tercera España”, insostenible para una Celia y una Fortún profundamente republicanas que sí fueron de los “otros”, que tuvieron que exiliarse y sufrieron toda la suerte de penalidades de los vencidos. De esos “otros”, eso sí, como probablemente de muchos “unos”, que repudiaban el odio, la violencia y el sinsentido que llegó a ser este país.
Es esta Celia casi adulta de quince años, con esa adultez impuesta tras la pubertad que nos convierte en mujeres de un día para otro y que ha tenido que hacerse cargo de sus hermanas abandonando sus queridos estudios, la protagonista de lo que es al mismo tiempo una novela de aventuras juvenil y una crónica histórica minuciosamente fiel a la realidad.
Y también de guerra, pero no de hazañas bélicas, sino de las otras que no se mencionan en los libros de historia. Las de una vida cotidiana que tiene que seguir adelante. Las de los niños desamparados. Las de los animales abandonados. Las del hambre y la supervivencia. Celia y su red de mujeres -personajes reales-, cuidan, protegen, soportan, curan, limpian, alimentan, confortan. No necesitan arengas de valor, porque lo ejercen. No necesitan armas, porque son fuertes. No van a la batalla, están en ella. No recibieron medallas, honores ni condecoraciones y ni siquiera, en muchos casos, reconocimiento. Esta es la Revolución de Celia, su antiguerra. Esta es Celia en la Revolución.
El texto, pespunteado de los ágiles y espontáneos diálogos de Fortún, tiene el sello de la autenticidad, de lo vivido en primera persona. En él Celia desgrana una crítica profunda y lúcida sobre la sociedad y los acontecimientos, que Fortún narra de forma sencilla y directa, llena de imágenes en ocasiones simultáneamente hermosas y horribles, clavándonos en el corazón y el estómago de improviso, con cuatro austeras palabras, los sentimientos y sensaciones de Celia. Es también una interesante colección de retratos costumbristas. Quizá entre todos mi favorito sea el del capítulo 26º, un “Carpanta” argentino orgulloso de sus orígenes vascos al que el hambre ha hecho perder un poco la cabeza, veinticinco kilos y la fuerza necesaria para montar a caballo.
Me cuesta mucho elegir un capítulo o un pasaje del libro, pero ahí va uno. El 18º capítulo corresponde a una jornada en Barcelona en el año 37. La mañana transcurre como si no hubiera guerra. Celia se olvida de ella, pero por la tarde comienza un terrible bombardeo. Los aviones italianos y alemanes cargan contra toda la parte central de la ciudad, en ayuda de Franco. Retumba el aire y los cimientos de la casa donde se refugia Celia. Las mujeres entran en pánico e intentan protegerse en un cuarto en donde no hay luz. En una escena plena de simbolismo, una criada aterrorizada busca en la oscuridad con su mano áspera y deformada por el trabajo la de Celia, que la coge y sin soltarla ni poder verla le dice:
“No se asuste, Maria… Nada nos va a pasar. La bomba que oímos ya no puede hacernos daño… y la que nos mate no la oiremos.”
#CeliaenlaRevolución #Celia #ElenaFortún #sinololeonolocreo #lecturaparagentesinquietas @Eva Zubieta
0 Comentarios.